La labor valiente de las personas que defienden los derechos humanos de los demás para que no sean objeto de discriminaciones y abusos es lo que permite construir sociedades vibrantes, prosperas y justas.

En CRIPDES nos hemos dedicado por décadas a defender esos derechos violentados. Es así que nuestra labor inició con la repatriación de esas miles de personas que habían sido expulsadas a la fuerza de nuestra patria y que se encontraban en campamentos de refugiados en Honduras, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica. Así nacieron nuevas comunidades que se instalaron en Chalatenango, La Libertad, San Vicente, El Paisnal, Suchitoto y otro municipios y departamentos del país.

Desde entonces nuestro trabajo se ha enfocado en la defensa del derecho a la tierra, al techo, a la comida y a otras necesidades básicas que por años se nos ha negado y arrebatado.

La lucha por la defensa de los derechos humanos no ha sido fácil y en estos días, en nuestro país está cuesta arriba. Sin embargo, continuamos trabajando por la organización comunitaria, para que las mujeres, hombres y juventudes rurales conozcan y defiendan derechos fundamentales como: el acceso al agua potable, a la tierra, a la soberanía alimentaria, educación.

El compromiso de nuestra organización sigue intacto en seguir generamos conocimientos y formación en derechos humanos, sexuales, laborales, entre otros y por desarrollar economías solidarias en beneficio de las familias rurales.

En el marco del Día Nacional de las Personas Defensoras de los Derechos Humanos, CRIPDES se honra en saludar a sus afiliados, organizaciones amigos y cooperantes que continuamos manteniéndonos firmes en tan valiente labor.

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