Cada año, sobrevivientes y familiares de las víctimas acompañados por cientos de campesinos, estudiantes y trabajadores de derechos humanos peregrinan por las montañas de Chalatenango hacia el sitio del caserío Las Aradas para conmemorar a los mártires de uno de los crimines más atroces de la guerra civil de El Salvador, la masacre del rio Sumpul.

Vea el evento del 40vo Aniversario de la Masacre del rio Sumpul el cual será transmitido a través de la página de Facebook Live de CRIPDES Y CCR, http://radiofarabundomarti.org/ (98.1FM) y http://radiosumpul.org/ (92.1FM) y otras redes sociales este 14 de mayo de 8:00AM y 12:00M

COMUNICADO
La Comisión de la Verdad, establecida por las Naciones Unidas al finalizar la guerra, documentó en su informe final que, entre el 13 y 14 de mayo de 1980, al menos 300 pobladores de Chalatenango fueron asesinados en el caserío Las Aradas del municipio de Ojos de Agua, ubicado a orillas del rio Sumpul en la frontera con Honduras. La masacre fue realizada en un operativo militar conjunto por miembros de la Fuerza Armada (FAES), Guardia Nacional y grupos paramilitares de la Organización Nacional Democrática (ORDEN); con la colaboración de la Fuerza Armada Hondureña. Sin embargo, sobrevivientes y familiares de las víctimas han identificado a más de 600 hombres, mujeres y niños que fueron brutalmente asesinados durante el operativo militar.

Los sobrevivientes de la masacre interpusieron una demanda ante el Juzgado de Primera Instancia de Chalatenango en el año 1992, pero el sistema judicial ha obstaculizado hasta la fecha la comparecencia de los militares responsables. La aprobación de la Ley de Amnistía General, en el año 1993, dio paso a un estado de impunidad al ignorar violaciones de derecho humanos cometidos durante la guerra y al fomentar la negligencia de instituciones del estado legalmente responsables de investigar crímenes de lesa humanidad. A pesar de las pruebas presentadas por organizaciones de derechos humanos, los cientos de testimonios de sobrevivientes y testigos de la masacre que han señalado la ubicación de fosas comunes con osamentas de las víctimas, el gobierno salvadoreño declaro en 2014 que no existían archivos de dicho operativo militar.

En julio 2016, la Sala de lo Constitucional dictó la inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía por obstaculizar el cumplimiento de las obligaciones estatales de prevención, investigación, enjuiciamiento, sanción y reparación de violaciones graves a derechos humanos. Esa resolución dio una oportunidad a la Asamblea Legislativa para rectificar injusticias del pasado e implementar una ley enfocada en la reconciliación, la búsqueda de la verdad, acceso a la justicia y reparación para las víctimas del conflicto, pero una vez más, los legisladores optaron por favorecer la impunidad.

En Febrero 27 de este año, la Asamblea Legislativa aprobó por un margen mínimo la Ley Especial de Justicia Transicional, Reparación y Reconciliación Nacional; sin consulta adecuada, sin consenso de todos los partidos políticos, de asociaciones de víctimas de la guerra, ni de organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales.

Ante esta vergonzosa realidad, la Asociación de Sobrevivientes de la Masacre del Sumpul y otras masacres de Chalatenango, acompañados por la Asociación de Comunidades para el Desarrollo de Chalatenango-CCR, la Asociación para el Desarrollo de El Salvador-CRIPDES, la Asociación de Capacitación e Investigación para la Salud Mental-ACISAM y otras organizaciones sociales declaramos:

Han pasado 40 años de impunidad y justicia denegada a víctimas y sobrevivientes de la Masacre del rio Sumpul. Aspiramos una sociedad reconciliada, donde las victimas puedan perdonar sin el peso de la impunidad institucionalizada, pero solo puede haber perdón y reconciliación si se garantiza la verdad y la justicia. Para ello es necesario e indispensable una ley de reconciliación nacional que por encima de todo garantice verdad, justicia y reparación. Rechazamos la nueva ley, ya que busca favorecer a los victimarios con una amnistía maquillada y dejar los crímenes de lesa humanidad en la impunidad y por lo tanto, demandamos:

ACCESO A LA JUSTICIA:

1- Que el Juzgado de Paz de Ojos de Agua Chalatenango, el Juzgado de Primera Instancia de Chalatenango, la Fiscalía General de la República, la Corte Suprema de Justicia y el presidente de la República en su calidad de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas asuman con la debida responsabilidad el caso de la Masacre del Sumpul y cumplan con prontitud y eficiencia la función que le corresponde a cada uno.

2- Exigimos las autoridades retomar de manera expedita, y una vez que sea posible después de la crisis COVID 19, medidas de que debieron tomarse desde que se interpuso la denuncia en 1992, como:

a. Iniciar proceso de exhumaciones en el lugar de la masacre.

b. Hacer los trámites correspondientes con autoridades hondureñas para exhumar restos que fueron sepultados en territorio hondureño en las riberas del Río Sumpul.

c. Citar a declarar a los autores intelectuales de la Masacre del Sumpul. Sus nombres están señalados en la denuncia presentada por Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador ante el Juzgado de Primera Instancia de Chalatenango y los archivos de la Comisión de la verdad.

VERDAD Y REPARACION MORAL:

3- Que el gobierno reconozca la veracidad de los hechos tal y como han sido documentados y que pida perdón, sin revictimizar a los/as sobrevivientes de la Masacre del Sumpul.

4- Que se les rinda homenaje a todas las víctimas del conflicto armado, declarando un Día Nacional de las Víctimas Inocentes e Indefensas de la Población Civil a Causa del Conflicto Armado y que se desarrollen programas de conmemoración y educación que incluyan la creación de monumentos, murales y Rutas de la Memoria en las ciudades y municipios que fueron más afectados por la guerra.

REPARACION MATERIAL:

1- Una pensión digna para todos los/as sobrevivientes de la población civil de la guerra.

2- Que haya programas de atención especial continua de salud mental hacia los/as sobrevivientes y sus familiares.

3- Proyectos de apoyo a vivienda, salud y educación superior a sobrevivientes y sus familiares.

4- La creación de espacios físicos dignos y agradables que brinde a lo/as sobrevivientes las condiciones básicas para terminar sus días en este mundo.

San Salvador 10 de mayo de 2020